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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Sendas por El Mallo: La Muela y el Piojo

Para este sábado nos decidimos por perfeccionar una ruta que ya habíamos realizado parecida, pero que pudimos mejorar hasta dejar una ruta totalmente optimizada entre Leza y Trevijano.

Por las praderas sobre Trevijano. Foto de Óscar.
Salimos desde la curva muerta de la carretera del Leza, justo a la altura del monasterio de San Prudencio, y tras remontar por carretera unos kilómetros cogemos la pista que sube al Mallo.

Día nublado pero de temperatura muy agradable.

Subimos tranquilos pero pronto se va cogiendo altura y bonitas vistas, aunque lo que nos sorprende es ver la clase de rebaños tan extraños que pastorean por aquí...


Queda claro, pista sólo para bicis:

El Laturce y su cruz al fondo ¿la ves?.
Llegando arriba, por supuesto vamos a coger la senda del Mallo y no seguir por la pista. Aquí empieza la verdadera ruta, vamos a ir empalmando sendas ya casi hasta acabar.

Restos de Otoño en el vallecito que cruzamos. Foto de Óscar.
Cada vez me gusta más esta senda, si vas un poco protegido contra las zarzas se disfruta de muchos tramos bonitos y divertidos en subida.

Foto de Óscar.
Llegamos a la senda de La Muela y la cogemos con ganas, bajando muy rápidos por su terreno variado pero dónde al menos quise hacer una foto para admirar las buenísimas vistas, con el robledal en pleno apogeo otoñal.


Salimos a la carretera de Trevijano junto a su ermita del Cristo, dónde paramos a descansar y comer algo con bonitas vistas. Queda la segunda parte de la ruta, volver al inicio, y lo haremos pasando por el pueblo y subiendo por su antiguo camino de Clavijo...

Foto de Óscar.
Tras un inicio difícilmente ciclable, el camino se va moderando y va dejando atrás el pueblo, llevándonos a unos praderíos dónde destacan las ruinas de la ermita del Cúpulo, de la que por sus privilegiadas vistas se decía que servía de "enlace de comunicaciones" entre las ermitas de Serrías y de Legarda (en Mendavia nada menos), que eran hermanas pero que no se podían ver entre sí, por lo que lo hacían a través de esta.

Desde luego, se ven muchos cosas desde aquí arriba. Foto de Óscar.
La subida desde aquí la hacemos entre los bancales que forman las praderas, ya que el camino de Clavijo propiamente dicho está perdido. Se sube despacio pero se deja subir prácticamente todo montado.

Foto de Óscar.
Paisaje idílico el de estas praderas con sus caballos pastando, la ermita citada y el pueblo al fondo.


Llegamos a la parte alta de las praderas tras un buen calentón, y desde aquí seguiremos por la loma hasta llegar a la zona pedregosa, dónde cogeremos una senda de vacas que nos bajará sin problemas hasta volver a retomar el antiguo camino de Clavijo.


Hemos perdido algo de desnivel pero desde aquí cogemos una senda con piedras pero que permite rodar.

Foto de Óscar.
Pronto salimos al camino que lleva a Zorralamuela, muy cerca de la cima de hoy, dónde terminamos nuestra ascensión.


Nos preparamos para bajar... y a darle caña.



Seguimos el trazado habitual de la senda del Piojo, pero tras el cortafuegos del pinar, nos desviamos a la izquierda para seguir nuestra versión "negra" de la senda, que tras un tramo de bajada hacia el barranco divertido y lento, nos obliga a seguir una senda en subida para retomar de nuevo la cresta habitual.


Seguimos bajando disfrutando de esta senda de dificultad media que permite correr por este terreno yesífero  que tan desolado parece.


Antes de terminar la senda, dejamos el rastro más marcado para seguir hacia la cresta y tirarnos por una senda motera que tras un tramo de mucha pendiente, va ladeando entre unos bonitos arbustos que ahora están muy amarillos y nos ha tapizado el suelo...


Y acaba con un tramo muy divertido de rodar, un auténtico "sacacorchos" que rodea una peña desde la que pude ver bajar perfectamente a Diego.


Nos queda un tramo muy corto de empujar la bici para salir del barranco y en un momento estamos en el inicio. Una ruta que deja muy buen sabor de boca en sus sólo 20 km, pero que con más del 50% por sendas se convierte en una ruta perfecta para una mañana.

Track. Dificultad técnica Media - Alta. Duración: 3:30 - 4:00 h. Ciclabilidad casi total, sólo hay puntos concretos que son muy difíciles de superar en subida. Mejor en Primavera, Otoño e Invierno, puede haber problemas de barro, aunque sólo si llueve mucho o muy reciente.

martes, 2 de octubre de 2012

¡¡Viva San Mateo!!


Pues eso, que siempre son bienvenidas las fiestas, y cada uno en fiestas hace lo que más le gusta...


Yo empecé las fiestas encima de la bici, mientras sonaba el chupinazo Óscar y yo estábamos en la Marcha Correcaminos de Miranda, junto a 200 bikers más disfrutando de un recorrido muy divertido lleno de sendas de todo tipo y de nivel técnico medio-alto.



 Muy recomendable esta marcha si te gustan las sendas, buena organización y muy buen ambiente.


Ya durante la semana festiva, las tardes fueron las elegidas para rodar por las sierras más cercanas a Logroño, empezando por lo más típico: Clavijo y San Prudencio.

Subiendo a Clavijo.

Bajada por el camino de San Prudencio.

Aumentamos el nivel al día siguiente con Diego y Vitin en otro "martes endurero", dónde pude comprobar como baja el nuevo "pepino" de Diego, o más bien que bien baja Diego con este nuevo jierro, tan bien que me costaba seguirle y en las fotos sólo salió Vitin, jeje.

Por la senda de "la muela".

Camino viejo de Trevijano.

Siempre bonito el barranco de Trevijano (y muy divertida la senda que lo recorre).
Tenéis más fotos y datos de la ruta en el blog de Diego: http://martesendureros.blogspot.com.es/2012/09/barranco-trevijano.html

Y sin descanso, que hay que aprovechar las fiestas, el día siguiente estoy con Óscar dándole otra vez a las sendas, en esta ocasión por Viguera.

Subimos por la cantera y desde allí por la senda a Cerro Arao.
De cerro arao seguimos por la senda de Peña Saida y nos plantamos en la senda de Luezas.
Regresamos a cerro arao por el pilón, y por Miraflores bajamos de nuevo a la cantera para coger las trialeras, ya mientras atardece.
Trialera final llegando a Viguera.
Una ruta llena de sendas en subida y bajada que te deja muy buen sabor de boca.

Y para rematar los sanmateos, una ruta nueva para descubrir una zona lejana de nuestra Rioja, Enciso, y un bosque húmedo que resiste en medio de un paisaje muy árido.

El hayedo de Poyales entre los secos paisajes de la rioja baja.
Esta ruta la comenzamos en Enciso, lugar conocido por la cantidad de icnitas que hay en sus alrededores. Y ya que estamos aquí, comenzamos realizando el recorrido denominado "senda de los dinosaurios", que comienza con una pista que sube fuerte y te calienta enseguida.

Enciso desde un rampón hormigonado.

Llegamos a un área recreativa y dejamos la pista para seguir por senda, que pronto comienza a bajar, todo en un entorno realmente seco, con aspecto semidesértico.


Vamos bajando superando los escalones que han hecho en la senda y con tramos fáciles pasamos un mirador, para acabar bajando hacia las losas dónde se encuentra el principal yacimiento de icnitas, totalmente acondicionado para su visita.


La bajada por la senda vallada tiene algo de complicación por los escalones artificiales y las roderas del agua, pero aquí lo importante son los dinosaurios que te vas encontrando...


Salimos a la carretera y continuamos por ella hasta el Villar, desde dónde empieza la ruta de verdad.

¿Algún lugar abandonado en las montañas del atlas? No, es la parte alta y olvidada de Elvillar.
Desde el pueblo sale una pista que remonta por un largo barranco, el cual deja el paisaje tan seco para ir subiendo en la escala vegetal de forma paralela a nuestra subida en altitud.


Y tras una rampa durísima, y a una cota de unos 1200 m de altura, llegamos al bosque húmedo, un precioso hayedo que todavía se mantiene bien verde.


La pista suaviza en esta zona y nos permite disfrutar más del lugar, con algunos momentos que sale fuera del hayedo y nos deja vistas a toda la subida.


Terminamos la ascensión con un tramo de pinar y un último tramo de hayedo cercanos ya a la línea de cumbres de esta sierra (separación con la provincia de Soria).


Comemos un merecido bocata al sol porque el aire es fresco, y menos mal porque esta zona en verano es un auténtico cocedero y el agua escasea. Para bajar, vamos a optar por buscar una antigua senda que nos llevará a la aldea de Poyales. Comenzamos dejando la pista para seguir por unas agostadísimas praderas que dejan una sensación de estar en la sabana...


Bajamos muy rápido siguiendo unas rodadas primero, y una senda después.


La senda se complica algo y se va cerrando de vegetación, pero buscando el sitio llegaremos a unos corrales en un collado.


De aquí seguiremos por sendas un poco sucias pero ciclables hasta otros corrales, y de allí hasta la fuente, y digo la fuente porque es la única que debe haber por aquí con agua todo el año. Como han canalizado esta fuente han hecho una trocha muy basta pero que nos sirve para llegar a Poyales sin más problema.


A pesar del aspecto tan seco de la zona, el barranco del pueblo es muy húmedo gracias al agua que le llega de la fuente anteriormente citada, aunque ahora por la época y porque se han llevado gran parte del agua el arrollo no está en su mejor momento.


Para regresar a Enciso, seguiremos el GR, que primero va por la carretera, pero que desde Elvillar nos deja unos divertidos últimos kilómetros de senda pedregosa y algo técnica que a mi me gustó mucho.



Una entretenida y bonita ruta juntado dos puntos singulares de esta zona: las icnitas y el hayedo de poyales. Y como no puede ser de otra forma, antes de volver a casa un baño en las aguas termales de Arnedillo nos deja como nuevos. Zona recomendable para conocer otro tipo de paisajes que también merecen la pena.

Track. Dificultad media. Duración: 4-5 horas. Evitar en verano y llevar bien de agua.


martes, 28 de febrero de 2012

Zorralamuela y la senda del piojo (versión negra)

Tras ya varios fines de semana de rutas con mucha nieve y tortuoso pateo, este sábado todos teníamos claro que tocaba hacer algo más suave y sin posibilidad de caer en ninguna trampa. Pero eso no quiere decir que no podamos probar a hacer algún tramo de senda nuevo, ni que la ruta no pueda ser muy divertida, bonita y técnica.


No nos vamos muy lejos, la ruta será por una zona conocida entre Ribafrecha y Leza, y será una vuelta corta en kilómetros, pero que realmente nos dejó satisfechos. Comenzamos subiendo por la carretera del Leza y frente al pueblo del mismo nombre, tomamos la pista que sube al mallo. Son las 10 de la mañana y ya hace un calor primaveral sorprendente...


Hoy somos 4 bikers, me acomapañan Fran, Óscar (que tras varias semanas por fin ha vuelto a dar pedales) y Fernando, que a pesar de la emboscada que le preparé la semana pasada no se acobarda (Fran ya estaba más que acostumbrado...). Todos saben ya que esto es así, una de cal y otra de arena. Hoy tocaba cal, y además con un día perfecto para dar pedales.

Subimos la pista en platillo y de charla, para sin casi darnos cuenta llegar al inicio de la primera senda del día, la que en subida nos llevará a los corrales de Zorralamuela. Aquí estamos descansando con vistas al objetivo: las praderas de la zona del mallo.



La senda parte de la pista para ir ladeando dirección trevijano. Es una senda en subida donde para empezar nos ponen a prueba los troncos del camino...


Y después, volvemos a encontrar a nuestra "enemiga": la nieve. La zona más umbría todavía está cubierta con algunos neveros que nos hicieron patear algunos tramos, pero esta vez si que sería algo testimonial y ya no volvería a complicarnos la ruta.


La senda va subiendo con varios pasos complicados, lo que la hace ser dura a tramos, pero también muy entretenida, todo un reto para los amantes de las sendas. Llegando a un collado donde la senda continuaría recta dirección Trevijano, nosotros giramos y continuamos en ascenso hacia los corrales. Este tramo resulta muy complicado, y aquí la "foxy" se nota mucho...


La parte de subida a los corrales está marcada para senderismo, pero con bici es un reto también muy bonito y divertido.


Los continuos escalones entre las terrazas se salvan con fuerza y convicción, y las praderas cada uno las remonta como y por donde quiere...


En la parte alta, parada a repostar... y sorpresa: Fernando "el hombre que susurraba a los caballos" vuelve a demostrar sus dotes para el trato con los equinos.


Estamos ya en la parte alta, junto a los corrales, y la nieve por aquí ya está más presente, aunque no nos molestaría para continuar nuestro camino dirección al comienzo de la bajada.


La bajada comienza accidentada, y es que un nevero más profundo de lo esperado traicionó a Óscar y lo sacó por las orejas. Tras el susto continuamos la bajada por la conocida "senda del piojo", destacando desde aquí las tremendas vistas.


Bajamos rápidos por el cortafuegos, pero al salir de la zona de pinos tomaremos una alternativa al comino habitual que continua por la cresta. Nos tiramos a la derecha por una senda de motos que baja por la ladera con varias curvas y varios pasos técnicos que nos ponen a prueba.



Esta senda nos baja a un pequeño valle que viene de la zona de la hoya y que nos separa de Clavijo. Desde aquí continuaremos por sendas de motos, pero ahora en subida por la misma ladera para alcanzar denuevo la cresta por la que discurre la senda principal.


Al llegar arriba las vistas merecen una parada.


Estamos de nuevo en la senda conocida, y bajámos rápidos por este terreno yesífero tan característico y árido, asomados al valle del Leza que todavía queda profundo.


Pero todavía quedaba una sorpresa, y es que en la parte final de la senda volvemos a desviarnos para en vez de bajar hacia la carretera, continuar por las sendas entre las crestas, buscando una bajada motera.


Y con la ayuda del GPS la encontramos, escondida entre la hierba... una bajada directa por una ladera empinadísima. Óscar no se lo pensó y abrió la veda...


Quizá esa foto no os parezca muy pendiente, igual esta da una sensación más real de esta "pared", que Fran no quiso probar pero que sorprendentemente los demás bajamos encima de las bicis...


La senda continua por una ladera en umbría, con algún paso muy complicado pero también con varias curvas muy divertidas que nos dejaron en el barranco, muy cerca de la "fuente del piojo", que es la que dio nombre a esta senda.


Ya sólo nos quedaba salir del barranco, aunque eso nos costaría 5 minutos de empujar la bici, ¿pero que es una ruta de Mountain Bike si no hay que empujar la bici?


En resumen, una buenísima mañana de bici, sendas y montaña, por una zona que aunque conocida, todavía tiene sorpresas que darnos.

Track. Ruta muy técnica en todas las sendas que se realizan, tanto en la de subida a los corrales como en las bajadas, especialmente las dos alternativas a la senda más conocida. La única pega es que estas sendas están algo sucias por lo que es muy recomendable ir de largo por completo para evitar arañarse, por eso es mejor hacerla en otoño-invierno. También hay que evitar días de barro.

Nos vemos.