El otoño sigue su inevitable avance, pero todavía nos deja disfrutar de sus días de buenas temperaturas y sus bosques llenos de color.
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Otoño en la senda de San Tirso. |
Una de nuestras rutas clásicas de otoño es la subida a la ermita y bonete de San Tirso, en la sierra de Cantabria, límite natural entre el valle del ebro y los montes vascos.
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El bonete de San Tirso sobresaliendo entre las crestas de la sierra de Cantabria. |
Pero este día completaríamos la ruta con otra cima destacada de esta sierra que sirve para completar una panorámica de su parte oriental.
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La sierra vista desde el pico Lapoblación (León Dormido). |
Partimos del pueblo de Meano para por pistas ir ladeando la sierra con el bonete como objetivo a la vista.
Tras unos pocos kilómetros suaves se acaba la fácil y comienza una dura subida que nos va acercando a las cumbres y al hayedo que protegen.
Casi en la línea de cumbres dejamos la pista para cruzar a la ladera norte por una senda que sirve para exprimirte las piernas.
Esta zona alrededor de la cumbre es de las más bonitas que veremos, con un hayedo limpio y antiguo que en cualquier época es vistoso.
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Foto de Sergio. |
Tras un tramo de descanso por este hayedo quedan aun un par de kilómetros de dura senda que entre la humedad, las piedras y la pendiente te lleva al límite.
Llegamos arriba con ganas de parar y descansar, y debido al fuerte viento que suele haber en la zona abierta, aprovechamos para subir a la ermita a refugiarnos.
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Un empujoncito y ya estamos en San Tirso, con vistas a medio Euskadi. |
Llevamos poco tiempo de ruta pero esta subida es muy intensa, así que cogemos el almuerzo con ganas. Y también la bajada la cogemos con ganas, primero senda rápida deshaciendo nuestros pasos hasta pasar de nuevo a la cara sur de la sierra.
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Foto de Sergio. |
Pero antes de salir a la pista nos desviamos para entre helechos y hayas ir a buscar la entrada a la senda de El Nacedero.
Bajadón surfeando el mar de hojas que cubren la senda, dónde las ruedas se hunden y resbalan sin control.
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Foto de Sergio. |
Algunos escalones formados por las raíces le dan un extra a la ya muy picante senda, hay que hacer como Sergio, suelta frenos y déjate llevar ;)
Tras la parte empinada llega un tramo con curvas para recuperar el flow, no pares!!
Cada día nos gusta más esta bajada, y ahora en otoño está perfecta! Salimos al la zona de El Nacedero y enlazamos con la senda a Kripan, que hacemos sin parar siguiendo la rueda de Edu, acabando así esta sucesión de sendas. Pero la ruta no ha acabado, volvemos a poner el modo "climb" en nuestras mentes y ponemos rumbo al puerto de la aldea, empezando por subir la última senda que hemos bajado.
Entretenida subida con escaloncitos que continuamos por lo que se suele llamar "vía romana", hasta empalmar con las pistas que ladean la sierra y que en dirección contraria a nuestro inicio de ruta, nos llevan hasta el puerto viejo de La Aldea, conocido como paso de la Horca.
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Vistas a la demanda desde el puerto viejo o paso de la horca. |
Por sendas cruzamos la carretera y continuamos hasta alcanzar la pista que bordea el león, siempre tan húmedo y verde en su cara norte.
Llegamos al claro conocido como "El plantío", desde dónde volvemos a las sendas, en este caso cogemos la que sube hacia la peña, dura subida pero ciclable mientras estás dentro del hayedo.
Poco a poco la cosa se complica, y cuanto más te acercas a las peñas menos das a los pedales, hasta que el porteo se hace inevitable.
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El paso más expuesto del porteo tiene un cable "quitamiedos" que viene muy bien. Foto de Sergio. |
Un tramo muy duro de penitencia nos hace sufrir, aunque la senda es tan aérea y bonita que merece la pena. Eso sí, no vayáis días húmedos, de niebla o lluvia que podría ser peligrosa.
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Foto de Sergio. |
Salimos a la zona de cumbreo de la peña, dónde por una senda con un tramo ciclable para coger ánimo nos acercamos a la cima.
Por fin la cima! Esto se merece un retrato del grupo a la vieja usanza:
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Álvaro, Sergio, Óscar, Edu y el que escribe retratados en la cima. |
Para mis compañeros era la primera vez que estaban allí arriba con la bici, y aunque la subida es dura, creo que merece la pena. Paramos poco porque el aire es frío y hay ganas de bajar. Lo haremos por la senda de la cara sur, mucho más rocosa y seca.
La bajada es técnica y bastante expuesta, por lo que se requiere estar acostumbrado a estas sendas para disfrutarla sin sustos.
Unas pocas zetas cerradas, zonas de grava suelta y algunos pasos rocosos te van poniendo a prueba mientras pierdes altura rápidamente.
Pronto se acaba la senda y terminamos de bajar por pista a Lapoblación, para por carretera acercarnos a Meano en un momento y dar por finalizada la ruta. Buenísima mañana de sendas y cimas para disfrutar el otoño, la montaña y la bici.
Track. Dificultad técnica Muy Alta. Duración: 4:00-5:00 horas. Ciclabilidad posible pero difícil en la subida a san tirso, y porteo de entre 10 y 20 min en la subida al león. La subida y bajada del león es peligrosa con terreno mojado. Mejor época: verano y otoño.